Silvina Fuentes, Silvinita o «Silvi Fuentes» para sus amigos y televidentes nace en la zona sur en los años 80. Desde su más tierna infancia preocupa a sus padres por su compulsión a entrevistar a sus muñecas y peluches. El anecdotario familiar atesora el momento en que la mamá de Silvina entra al cuarto de la criatura – de por entonces 5 años -, preocupada al escucharla hablar sola.
Al consultarle si se siente bien, la locuaz mocosa responde: mami, no molestes; estoy conduciendo un programa de radio.

La precocidad periodística de Silvina vuelve a ponerse de manifiesto a los pocos meses del episodio radial. La niña acompaña a su padre en una agencia de autos y exige llevarse como souvenir un almanaque de la firma. El encargado se lo niega entre risas aludiendo que por su edad no sabe leer. Silvina se planta con firmeza: «señor; yo no sabré leer pero sé mirar».
Este saber mirar es el que impulsa la carrera periodística de Silvina Fuentes, que decide virar su destino de perito mercantil hacia la aventura de mirar con otros ojos que le presenta el periodismo.

Ya en el primer año de estudios de la Tecnicatura, las ansias de trabajar de la inquieta periodista la llevan a meter su nariz en un casting al que no está invitada. La convocatoria es para conductor televisivo y la descarada Silvina – con su pelo recogido en dos trenzas – le birla el trabajo a su hermano por su derroche de desparpajo. Así, mientras estudia, la joven periodista da sus primeros pasos profesionales en los medios de comunicación en el cable de zona sur como conductora, incorporando luego a su hermano – a quien le había sustraído el puesto original – a la conducción.

Con su título de Técnica Superior en Periodismo, la joven periodista irrumpe con toda la fuerza en Canal 26, Magazine y América como panelista, cronista y conductora de distintos programas. En paralelo, transita distintas experiencias radiales y se hace cargo de corresponsalías televisivas para la televisión Uruguaya.

Hace ya más de una década, la nena que entrevistaba a sus muñecas avanza a paso sostenido en los programas de espectáculos más vistos de la televisión nacional.
Ahora con su hija Isabella, quien tiene su propia línea de Vestidos infantiles de princesa, también incursiona en el lado empresarial.
Silvina es una mujer «todoterreno» y eso la hace única.

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